18.2.07

Oda al Tío Pepe

Leo hace escasas horas en una revista de análisis de vinos: "Que este vino, que es uno de los mejores del mundo (el Tío Pepe de Bodegas González Byass), cueste la botella seis euros, parece un sarcasmo o un insulto". Y al cabo de unos minutos, en las borrascosas páginas de El Mundo, leo otra crítica, un análisis de Marçal Sintes, a otro gran Pepe, el que lleva las riendas de la Generalitat, la antítesis del político-actor: "Montilla encaja, con todos los respetos, en la caracterización del perfecto aparatchik: conocimiento de las propias limitaciones; inoxidable voluntad de poder; gran capacidad de trabajo; infalible autocontrol emocional; observación científica del adversario; y obsesión por mantenerse maquiavélicamente protegido o a salvo". Posiblemente, como algunos de los grandes vinos: alejados del histrionismo, discretos, equilibrados. Tambien posiblemente, lo que un país como Cataluña necesita hoy y en los próximos años, hasta el próximo "amontillado", que será soberanista.